El manganismo es el cuadro clínico que produce los efectos tóxicos derivados de una exposición crónica a niveles excesivos de manganeso (Mn), un elemento metálico que se puede encontrar en la naturaleza formando parte de numerosos minerales y cuyas aleaciones con otros metales son muy utilizadas a nivel industrial, principalmente en los aceros inoxidables.
El manganismo fue descrito por primera vez en 1837 por James Couper en trabajadores de Escocia expuestos a óxido de manganeso que habían desarrollado trastornos al caminar, temblores, pérdida de expresión facial y otros síntomas motores similares a los del Parkinson.
La intoxicación crónica por manganeso se puede observar también entre los consumidores de sustancias psicoactivas las cuales provocan varios síntomas neuropsiquiátricos. El Síndrome de Parkinson puede ser causado por fármacos conocidos por ser inductores potenciales de este Síndrome. Uno de estos fármacos es Efedron que contiene manganeso metcatinona el cual es un estimulante psicoactivo y frecuentemente se usa como una droga recreativa.
En un estudio reciente, publicado este año en Clinical Neurology and Neosurgery, los investigadores examinaron cuidadosamente 1.528 sujetos con síntomas de parkinsonismo y hallaron que el 7,9% (120 pacientes) presentaban evidencias claras e inequívocas de parkinsonismo inducido por fármacos. Las pruebas realizadas a estos pacientes demostraron altas concentraciones séricas del manganeso.
La buena noticia es que el parkinsonismo inducido por fármacos es reversible. Sin embargo, la mala noticia es que muchos médicos desconocen las diferencias entre ambos trastornos, no conocen adecuadamente las características del parkinsonismo inducido por fármacos y, por tanto, no obtienen un historial detallado de los fármacos que los pacientes tomaban antes del inicio del trastorno. Por este motivo, muchos médicos pueden confundir el parkinsonismo inducido por fármacos con la, mucho más común, enfermedad de Parkinson.